To be sure, Latin America did not figure as prominently at the Summit for Democracy as it would have, say, in the 1990s when democratic governance was at its apogee. That is hardly the fault of the Biden administration. Effective foreign policy requires effective, willing partners. Perhaps that is why Biden was so quick to endorse the new Alliance for Democratic Development, even if the total population of its three Caribbean Basin member states is barely 20 million. In a world where big states are embracing local variations of authoritarian nationalism, small can, indeed, be beautiful!. By Richard Feinberg. Full Text-> GlobalAmericans
TRaducción de cortesía -> Sin duda, América Latina no ocupó un lugar tan destacado en la Cumbre por la Democracia como lo habría hecho, digamos, en la década de 1990, cuando la gobernabilidad democrática estaba en su apogeo. Eso no es culpa de la administración Biden. Una política exterior eficaz requiere socios eficaces y dispuestos. Quizás es por eso que Biden se apresuró a respaldar la nueva Alianza para el Desarrollo Democrático, incluso si la población total de sus tres estados miembros de la Cuenca del Caribe es de apenas 20 millones. En un mundo donde los grandes estados están adoptando variaciones locales de nacionalismo autoritario, ¡los pequeños pueden, de hecho, ser hermosos!
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