I spent much of 2021 telling people that Gabriel Boric was above all a committed democrat, and unlikely to try anything truly radical on the economy. I feel much less certain of Gustavo Petro. His economic platform raises many questions, and some statements over the years leave his commitment to independent institutions in doubt. But now it’s time to listen and understand how he plans to govern. It will be important to see how Colombia’s right and business community react—whether they dig in and refuse to work with Petro at all. Chile is an interesting cautionary tale. During her second presidency (2014-18), Michelle Bachelet proposed many reforms that could have addressed Chilean inequality, but were rejected out of hand by the center and right. Full Text -> American Quarterly
Traducción de cortesía ->
Pasé gran parte de 2021 diciéndole a la gente que Gabriel Boric era ante todo un demócrata comprometido y que era poco probable que intentara algo verdaderamente radical en la economía. Me siento mucho menos seguro de Gustavo Petro. Su plataforma económica plantea muchas preguntas, y algunas declaraciones a lo largo de los años dejan en duda su compromiso con las instituciones independientes. Pero ahora toca escuchar y entender cómo planea gobernar. Será importante ver cómo reaccionan la derecha y la comunidad empresarial de Colombia, si se atrincheran y se niegan a trabajar con Petro. Chile es una interesante historia de advertencia. Durante su segunda presidencia (2014-18), Michelle Bachelet propuso muchas reformas que podrían haber abordado la desigualdad chilena, pero fueron rechazadas de plano por el centro y la derecha.
Traducción al español -> Google Translación
More Stories
La política postelectoral
¿Qué debe hacer la oposición para concretar el triunfo electoral?
Meet the Candidate Challenging Venezuela’s Authoritarian President