With Venezuela’s political leaders (namely Maduro) continuing such rigid regimes, the country’s complex geopolitical relationships, the multiple sanctions impacting Venezuela and any capital it has tied into Russian banks – combined with oil reserves that have been left in a poor state of maintenance and a US president under pressure to win mid-term votes – a revolutionary deal between the West and Venezuela seems unlikely. Indeed, given the long-term amicable relationship between Maduro and Putin, it wouldn’t be the biggest of surprises if Venezuela were to move closer to the top of Russia’s list of friendly nations. By Ruth Strachan. Full Text -> Mining Technology
Traducción de cortesía -> Con los líderes políticos de Venezuela (a saber, Maduro) continuando con regímenes tan rígidos, las complejas relaciones geopolíticas del país, las múltiples sanciones que afectan a Venezuela y cualquier capital que haya vinculado a los bancos rusos, combinados con las reservas de petróleo que han quedado en un mal estado de mantenimiento y un El presidente de EE. UU. bajo presión para ganar votos de mitad de período: parece poco probable un acuerdo revolucionario entre Occidente y Venezuela. De hecho, dada la relación amistosa a largo plazo entre Maduro y Putin, no sería la mayor de las sorpresas si Venezuela se acercara a la parte superior de la lista de naciones amigas de Rusia.
Traducción al español -> Google Translación
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