Consensus around Venezuela’s long-odds claim to a chunk of oil-rich neighbouring Guyana was the warm-up for negotiations between Venezuela’s government and its main opponents in Mexico earlier this month, to Georgetown’s dismay. Substantive progress in the Norwegian-brokered talks ensued, with an agreement to set up a joint working group on social welfare and a parallel review of “overcompliance in the financial system”, with US sanctions deemed an obstacle to aid procurement. By Patricia Garip. Full Text ->ArgusMedia
Courtesy translation -> El consenso en torno a la afirmación de Venezuela sobre una parte de la vecina Guyana rica en petróleo fue un calentamiento para las negociaciones entre el gobierno de Venezuela y sus principales oponentes en México a principios de este mes, para consternación de Georgetown. Siguieron avances sustanciales en las conversaciones mediadas por Noruega, con un acuerdo para establecer un grupo de trabajo conjunto sobre bienestar social y una revisión paralela del “cumplimiento excesivo del sistema financiero”, con las sanciones estadounidenses consideradas un obstáculo para la obtención de ayuda.
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