In short, it’s hard to get the Americas together because the Americas are coming apart. Yet the Biden administration must understand that the institutional challenges facing Latin America are not altogether unlike the ones confronting this country, with its own growing distrust of elites and multiple threats to democratic stability. This perspective may even help maintain and enhance U.S. regional influence, which remains vital both for its own sake and to limit that of Russia and China. That long-term project can’t be completed at next week’s summit, but it could be started. By the Editorial Board. Full Text -> TheWashingtonPost
Traducción de cortesía -> En resumen, es difícil unir a las Américas porque las Américas se están separando. Sin embargo, la administración Biden debe entender que los desafíos institucionales que enfrenta América Latina no son del todo diferentes a los que enfrenta este país, con su propia creciente desconfianza en las élites y múltiples amenazas a la estabilidad democrática. Esta perspectiva puede incluso ayudar a mantener y mejorar la influencia regional de EE. UU., que sigue siendo vital tanto por sí misma como para limitar la de Rusia y China. Ese proyecto a largo plazo no puede completarse en la cumbre de la próxima semana, pero podría comenzar.
Traducción al español -> Google Translación
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