This Sunday’s presidential election in Venezuela, contested by opposition candidate Edmundo González against incumbent Nicolas Maduro, is fraught with tension and uncertainty. Maduro, in power since 2013, has been criticized for electoral fraud and using public institutions to maintain control. Recent reports indicate over 70 arbitrary detentions during the election campaign, but the opposition’s campaign has revitalized its support base, making this Maduro’s toughest electoral challenge in 25 years. The stakes are high, with Venezuela’s economic future on the line. Under Maduro, Venezuela has suffered severe economic decline, exacerbated by US sanctions. If González wins, there is potential for significant change, including the lifting of sanctions and Venezuela leveraging its vast oil reserves to become an energy hub. The international implications of an upcoming election in Venezuela could be significant. If Nicolás Maduro secures victory, it is anticipated that migration from Venezuela will continue, with 18% of surveyed Venezuelans intending to leave by year-end. Maduro’s government remains closely aligned with China, Iran, and Russia, while isolating Venezuela from regional entities like the Organization of American States and Mercosur. Conversely, a win by democratic opposition candidate Gonzalez would be historic, potentially shifting geopolitical dynamics. Gonzalez aims to restore ties with democratic nations, work with international financial organizations, and depoliticize state institutions. His victory could symbolize a revival of representative democracy against a backdrop of global democratic crises. Original text by Stefano Pozzebon, published in -> MicrosoftStar

On July 28, up to twenty-one million Venezuelans will vote in a significant presidential and vice-presidential election, the most open contest in over a decade. The election pits incumbent President Nicolás Maduro, seeking a third six-year term, against leading opposition candidate Edmundo González Urrutia and eight other contenders. Maduro’s tenure has seen severe economic decline, with the GDP shrinking by approximately three-quarters and widespread poverty affecting over 80% of the population. This period also saw the migration of nearly eight million Venezuelans, escaping dire conditions to primarily other Latin American and Caribbean countries, with nearly three million now residing in Colombia. Edmundo González Urrutia, backed by the main opposition coalition Unitary Platform, currently leads in independent polls. His proposals include restoring democratic institutions, freedom of expression, and releasing political prisoners. Economically, González Urrutia supports significant reforms including privatizing state-owned enterprises and seeking international loans to address an estimated $150 billion debt. Conversely, Maduro has seen his support diminish, as his administration faces international scrutiny and has reluctantly agreed to a competitively monitored election in exchange for lifted sanctions on the oil sector. The stakes are high; a win for González Urrutia may revitalize democracy in Venezuela and stabilize the economy, while Maduro’s victory might lead to continued authoritarian governance and further emigration. Migration trends show many Venezuelans fleeing the country, with significant numbers reaching the United States. The election occurs following years of election boycotts and manipulated processes, now under international oversight, presenting a rare opportunity for change in Venezuela’s political landscape. The Venezuelan supreme court banned Machado’s candidacy in January 2024. The main opposition parties endorsed González Urrutia, but the government blocked Machado’s replacement just before the registration deadline, leading the U.S. to reinstate sectoral sanctions. The prospect of free and fair elections is questionable, with the government likely to suppress votes, arrest journalists, and disqualify candidates. Around eight million eligible voters are unregistered due to technical and administrative barriers, and few international monitors will oversee the elections. The government has increased attacks and arrests of opposition supporters and journalists. Potential election outcomes include a relatively free and fair election where Maduro could lose, a manipulated result where Maduro wins, or a scenario where González Urrutia is disqualified. González Urrutia has strong polling numbers, but low voter turnout and Maduro’s control over government resources and media could tilt the election in his favor. If Maduro loses, legal protections and international pressure might influence a peaceful transition, but dominance over judiciary and security forces could enable him to contest unfavorable results. Original text by Expert Brief by Shannon K. O’Neil and Julia Huesa. published in -> CouncilofForieignRelations

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha logrado duplicar su intención de voto desde principios de año gracias a medidas gubernamentales destinadas a abordar sectores descontentos, aunque la oposición sigue teniendo más del 50% de las intenciones de voto. Según los especialistas en opinión pública, la mejora de Maduro en la intención de voto es notable, pero sus cifras siguen siendo bajas en comparación con las de la oposición, a menos de dos meses de las elecciones presidenciales previstas para el 28 de julio. Los expertos atribuyen este impulso a su uso de recursos estatales y a la implementación de nuevas medidas sociales, como la creación de un fondo de pensiones y un ministerio para las personas mayores, así como una gira política interna. Félix Seijas, director de Delphos, notó un aumento en la intención de Maduro del 18% al 27%, acercándose a lo que se ha descrito como el “techo” del chavismo en alrededor del 30%. El politólogo Ricardo Ríos de Poder y Estrategia destacó que si bien Maduro comenzó el año con una intención de voto de entre 8% y 9%, ha escalado a alrededor de 20%, gracias al control estatal y la utilización de recursos públicos para fines de campaña. Ríos enfatizó que estas medidas están recuperando el apoyo de sectores antes desilusionados. El analista político Luis Vicente León de Datanálisis mencionó el potencial de crecimiento de la intención de voto de Maduro entre 20 y 35 puntos, subrayando el importante papel que podría desempeñar la abstención de votantes en el resultado final. Sugirió que la abstención, que afecta particularmente a los votantes de la oposición, podría mejorar el porcentaje de Maduro entre los votos efectivos, dándole potencialmente una victoria a pesar del menor apoyo general. El candidato opositor Edmundo González Urrutia, respaldado por la inhabilitada María Corina Machado y respaldado por destacadas firmas encuestadoras como Poder y Estrategia y Datincorp, tiene actualmente más del 50% de intención de voto. Otros candidatos, incluido el empresario Benjamín Rausseo y el disidente Antonio Ecarri, van a la zaga con menos del 2% cada uno. Algunos candidatos, como el pastor Javier Bertucci, han indicado que podrían retirarse para facilitar el cambio político si su participación se volviera crítica. Ríos enfatizó que la oposición mantiene una ventaja significativa, lo que no representaría ninguna amenaza en un escenario electoral justo y con garantías democráticas. Sin embargo, advirtió que una ventaja reducida podría llevar al gobierno a considerar medidas, como posponer las elecciones o aprovechar el control institucional, para asegurar una victoria. Los líderes de la oposición subrayaron la importancia de organizar mecanismos de protección de los votantes, instaron a no confiar demasiado a pesar de las cifras favorables de las encuestas y destacaron la necesidad de una vigilancia electoral rigurosa. Maduro, por su parte, ha afirmado su capacidad para garantizar la paz y la estabilidad en Venezuela, impulsando su modelo “1×10”, que anima a cada partidario a reclutar diez más, reforzando su maquinaria electoral. Texto Original -> VOA

Por primera vez en más de una década, los venezolanos votarán en una elección presidencial en la que un candidato de la oposición, Edmundo González, tendrá posibilidades de ganar. Esto se produce en medio de crisis económicas y democráticas que han provocado que más de siete millones de venezolanos abandonen el país en uno de los mayores desplazamientos humanos. El candidato opositor, con amplio apoyo, aparece en las boletas gracias a la autorización del autoritario presidente del país, Nicolás Maduro. El resultado de las elecciones podría afectar el futuro de las reservas de petróleo del país, las mayores del mundo, las relaciones con Estados Unidos y las alianzas con Irán, China y Rusia. Además, podría empeorar la crisis humanitaria del país. La victoria de Maduro podría enviar a Venezuela aún más a la órbita de los adversarios estadounidenses, intensificar la pobreza y la represión. También podría desencadenar un importante éxodo humano hacia la frontera con Estados Unidos, un tema central para las elecciones presidenciales de noviembre. Actualmente Maduro controla la legislatura, el ejército, la policía, el sistema de justicia, el consejo electoral nacional, el presupuesto nacional y la mayoría de los medios de comunicación. La victoria de González podría ayudar al país a superar un cuarto de siglo de chavismo socialista, un movimiento que se ha vuelto cada vez más autoritario. En los últimos meses se han visto acontecimientos importantes en la política venezolana: el gobierno de Maduro permitió unas elecciones primarias en las que Machado emergió como el claro ganador y la oposición se unificó. Dado que Machado no pudo competir, González fue respaldado universalmente como su sustituto y, según se informa, la mayoría de los ciudadanos tenían la intención de votar por él. A pesar de esto, Maduro mantiene cierto apoyo y podría motivar una participación con la promesa de alimentos y otros incentivos. Sin embargo, la pregunta crítica no es si González puede ganar, sino si Maduro está dispuesto a ceder el poder. Como parte de una negociación con Estados Unidos, Maduro podría estar abierto a un nuevo proceso electoral, pero ha mostrado pocas señales de querer ceder el cargo. Algunos analistas han teorizado que a González se le permitió postularse para persuadir a Washington de suavizar su postura. Finalmente, si Maduro renuncia al poder, probablemente será debido a un acuerdo negociado con la oposición, que argumenta que el gobierno actual es insostenible. Sin embargo, algunas personas dudan de que Maduro sea lo suficientemente débil como para ser expulsado. Texto por Julie Turkewitz. Publicado en -> NYT

Venezuela se enfrenta a una completa incertidumbre preelectoral, ya que tanto el partido gobernante como la oposición se ven mutuamente como amenazas existenciales, lo que aumenta la negatividad y el miedo. Esta rivalidad excesiva ha impactado las campañas electivas, y los ciudadanos ya no reciben propuestas o soluciones a cuestiones económicas, sociales o políticas. El estado político impredecible genera aprensión sobre el futuro. El espacio de participación de la sociedad venezolana se reduce si las garantías democráticas continúan deteriorándose. Las redes sociales son una plataforma para el debate político, pero están abrumadas por comentarios ofensivos y mentiras, lo que erosiona los debates constructivos. La representación política se erosiona rápidamente en un país donde la población ya no se identifica con un liderazgo desconectado, lo que lleva a una crisis de confianza dentro del liderazgo y el sistema. Después de las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio, hay una oportunidad para quienes reconocen las preocupaciones del pueblo. Sin embargo, el gobierno actual está bajo escrutinio por su lenta reconexión con la base política. La población espera modernidad, gestión, desarrollo y más libertad, y quienes estén dispuestos a ser parte de una eventual transición política deben empezar a construirla. La política postelectoral debe ser diálogo, negociación, consenso y entendimiento entre todas las fuerzas políticas, sociales y empresariales de Venezuela. En lugar de centrarse en tener “un elegido” o “un líder”, el foco debería estar en “nosotros”, un enfoque inclusivo para atenuar los efectos del radicalismo y volver a la política con su mejor aliado, la sociedad venezolana. Texto Original por Pablo Andrés Quintero en –>ElCooperante

A menos de tres meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, la oposición enfrenta un desafío crucial: transformar su popularidad en una victoria contundente. El candidato unitario, Edmundo González Urrutia (EGU), tiene una ventaja significativa con una preferencia declarada del 62% frente al 20% de Nicolás Maduro. Para asegurar el éxito en las urnas, los expertos coinciden en que la oposición debe permanecer centrada en la ruta electoral y evitar el triunfalismo. La participación masiva se considera fundamental. Además, se advierte sobre la necesidad de monitorear consistentemente el proceso electoral, desde la fase de monitoreo hasta el día de la votación. Garantizar una transición política fluida y sin campañas de venganza, aceptable para el chavismo, destaca otro desafío importante. Por lo tanto, la oposición necesita trabajar en negociaciones, construir alianzas a nivel nacional e internacional y prepararse para posibles estrategias que el gobierno de Maduro podría emplear para retener el poder. Asimismo, se desaconseja a la oposición caer en provocaciones o discursos de confrontación. Lograr el éxito el 28 de julio depende no solamente de la participación ciudadana, sino también de la capacidad de la oposición para gestionar una transición política que asegure la estabilidad del país. Aunque se enfrenta a un desafío sin precedentes, con una estrategia clara y un fuerte enfoque en la democracia, el camino hacia la victoria parece estar al alcance de la mano. Texto Original-> ElNacional

Edmundo González, a 74-year-old retired diplomat, and grandad of four, is running against Venezuela’s President Nicolás Maduro, who’s been in power since 2013 for the elections due in late July. Though once politically unknown, he’s now the country’s beacon of hope to stop the years of authoritarian rule. Mr. González was selected after other opposition candidates were blocked from running. Despite never having political aspirations, he accepted the role, viewing it as a duty. His low-profile and non-critical stance towards Maduro’s government might impede gaining voter traction, especially outside Caracas where government-led media control information. His family origins are modest; born in La Victoria, he went on to study international relations, eventually becoming a diplomat serving in Belgium, El Salvador, and the United States. He retired in 2002 and joined the Democratic Unity Roundtable, advising on international relations. Mounting a presidential campaign, his friends emphasize, is a serious responsibility for González, as challenging an incumbent government can be risky. Mr. Maduro, facing threats from another opposition figure, María Corina Machado, attempted to prevent other contenders from joining the race. Unexpectedly, the electoral authority granted an extension allowing Mr. González to enter the race. As a known “consensus seek er,” many believe that if he might be successful, President Maduro might be willing to transfer power to him, provided he receives amnesty for human rights abuses and his party continues to have a political role. González is open to dialogues with Maduro’s government, but he needs to maintain a balance between opposition support and posing minimal threat to the regime, a delicate act. Polls indicate growing support for González, while 1/3 of respondents remain unsure, and about 20% would not vote for any candidate. Source text written by Genevieve Glatsky and Isayen Herrera and Published in -> NYT

El futuro del candidato presidencial de la oposición venezolana, Edmundo González Urrutia (EGU), parece incierto debido a la posible interferencia del régimen de Nicolás Maduro, y se especula que su candidatura podría verse interrumpida incluso el día de las elecciones, el 28 de julio. Las negociaciones entre bastidores han permitido la candidatura de González, pero su continuidad depende de las frágiles discusiones en curso sobre un marco de garantías políticas, electorales y económicas postelectorales. El régimen ha exhibido un comportamiento impredecible, desde despojar a los partidos políticos de sus tarjetas hasta crear otras nuevas, y podría perturbar aún más el proceso electoral, incluida una posible suspensión de las elecciones. Según un análisis de la consultora Eurasia, es poco probable que Maduro corra el riesgo de perder ante González, a pesar de que las encuestas sugieren que la oposición podría derrotar a Maduro. Además, las posibles ofertas de amnistía de la oposición carecen de credibilidad debido a la desconfianza mutua y las posibilidades de justicia internacional para Maduro y sus aliados. La estrategia podría implicar prohibir a González, manipular el proceso electoral o aumentar la represión y las amenazas para asegurar la posición de Maduro. El régimen también podría inclinarse a favor de posponer las elecciones. Estas complicaciones ocurren mientras Maduro entabla conversaciones con Estados Unidos después del vencimiento de una licencia clave de petróleo y gas (GL44). El gobierno venezolano prefiere el reconocimiento internacional y un mayor alivio de las sanciones, pero ya ha sobrevivido a regímenes más duros en el pasado. Texto original por Eugenio Martines. Fuente-> DiarioLasAmericas.

El texto analiza la crisis actual en Venezuela y los esfuerzos de la población por recuperar la libertad y la democracia. La alguna vez próspera sociedad de Venezuela ahora está paralizada por una crisis humanitaria y una recesión económica debido a las políticas socialistas. La inflación alcanza un asombroso 189,8%, el PIB ha caído alrededor de un 75% entre 2014 y 2021 y más del 90% de la población vive en la pobreza, lo que ha provocado un éxodo masivo. El texto presenta las filosofías de Ayn Rand, que se centran en la meritocracia, el individualismo y el interés propio racional, como un camino potencial hacia la reconstrucción de Venezuela. Líderes como María Corina Machado, Corina Yoris y Edmundo González Urrutia son citados como modelos a seguir, siguiendo el ideal de Rand del “hombre superior”. Haciendo referencia a La rebelión de Atlas, el autor sugiere que la reconstrucción de Venezuela debe rechazar las disparidades socialistas y recompensar mérito, promoviendo la innovación y el emprendimiento. El texto concluye enfatizando la importancia de una hoja de ruta ‘objetiva’ para Venezuela, abogando por la reforma económica y educativa, la restauración de los derechos individuales y una adopción sólida de la ética del logro para la renovación nacional.Original por Dayana Cristina Duzoglou publicado en -> ElNacional

Former diplomat Edmundo González Urrutia has been endorsed by the opposition for the upcoming elections in Venezuela. Key opposition figures, María Corina Machado and Manuel Rosales, have agreed on González Urrutia as their representative, with Rosales officially resigning his candidacy to back González Urrutia. His candidacy, albeit initially met with silence by the National Electoral Council (CNE), has been approved close to the deadline, surprisingly giving the opposition a stronger position. International pressure and ongoing negotiations with the US might have influenced this acceptance. More Consulting’s April poll predicts a likely landslide victory for the opposition, backed by Machado, with around 50% of voters in their favor. Machado’s popularity and leadership, despite being banned from running for office, are seen as crucial assets. The opposition has been successful in keeping the public engaged with activities such as Machado’s intensive primaries’ campaign across the country and the formation of grassroots community groups. They have also initiated the 600K Plan to organize electoral witnesses. However, the Chavista regime has been attempting strategies to offset the opposition’s momentum, such as detentions and candidates’ bans. Venezuelan opposition figure Edmundo González Urrutia’s candidacy could unite varying factions in the opposition. This unity might secure more support against the ruling party. However, González Urrutia faces significant obstacles, such as Chavismo’s control over the Electoral Council and judicial system. Backup candidate Enrique Márquez is under consideration. Additionally, Colombian president Gustavo Petro has proposed a plebiscite to guarantee a democratic pact. González Urrutia, lacking elected office experience and social media presence, faces hurdles to build his public image amidst challenges like censorship and misinformation. Original Text by Tony Frangie Mawad-> CaracasChronicle