Por primera vez en más de una década, los venezolanos votarán en una elección presidencial en la que un candidato de la oposición, Edmundo González, tendrá posibilidades de ganar. Esto se produce en medio de crisis económicas y democráticas que han provocado que más de siete millones de venezolanos abandonen el país en uno de los mayores desplazamientos humanos. El candidato opositor, con amplio apoyo, aparece en las boletas gracias a la autorización del autoritario presidente del país, Nicolás Maduro. El resultado de las elecciones podría afectar el futuro de las reservas de petróleo del país, las mayores del mundo, las relaciones con Estados Unidos y las alianzas con Irán, China y Rusia. Además, podría empeorar la crisis humanitaria del país. La victoria de Maduro podría enviar a Venezuela aún más a la órbita de los adversarios estadounidenses, intensificar la pobreza y la represión. También podría desencadenar un importante éxodo humano hacia la frontera con Estados Unidos, un tema central para las elecciones presidenciales de noviembre. Actualmente Maduro controla la legislatura, el ejército, la policía, el sistema de justicia, el consejo electoral nacional, el presupuesto nacional y la mayoría de los medios de comunicación. La victoria de González podría ayudar al país a superar un cuarto de siglo de chavismo socialista, un movimiento que se ha vuelto cada vez más autoritario. En los últimos meses se han visto acontecimientos importantes en la política venezolana: el gobierno de Maduro permitió unas elecciones primarias en las que Machado emergió como el claro ganador y la oposición se unificó. Dado que Machado no pudo competir, González fue respaldado universalmente como su sustituto y, según se informa, la mayoría de los ciudadanos tenían la intención de votar por él. A pesar de esto, Maduro mantiene cierto apoyo y podría motivar una participación con la promesa de alimentos y otros incentivos. Sin embargo, la pregunta crítica no es si González puede ganar, sino si Maduro está dispuesto a ceder el poder. Como parte de una negociación con Estados Unidos, Maduro podría estar abierto a un nuevo proceso electoral, pero ha mostrado pocas señales de querer ceder el cargo. Algunos analistas han teorizado que a González se le permitió postularse para persuadir a Washington de suavizar su postura. Finalmente, si Maduro renuncia al poder, probablemente será debido a un acuerdo negociado con la oposición, que argumenta que el gobierno actual es insostenible. Sin embargo, algunas personas dudan de que Maduro sea lo suficientemente débil como para ser expulsado. Texto por Julie Turkewitz. Publicado en -> NYT
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