Con 25 años de Revolución Bolivariana a cuestas, ya está probado el método de represión selectiva, cuya síntesis pudiera expresarse en la molienda del líder. Es el núcleo de la franquicia castrista: descabezar todo intento de oposición real a su sistema de dominio. A medida que los líderes opositores van caducando, el puñado de agentes estelares de la destrucción, engordan, fagocitan, envejecen y se reproducen en la endogamia del poder despótico venezolano. Nuestra sociedad, de manera deliberada o inconsciente, ha prestado las aspas al molino. No obstante, la larga lista de hombres y mujeres que han persistido en enfrentar la tiranía, incluso a riesgo de sus vidas, representan en esencia lo poco que nos permite afirmar “Venezuela no es Cuba”. Debería ser reconfortante contar con líderes y millones de seguidores dispuestos a continuar luchando sin invocar la lástima del mundo pero sí, nuestro derecho a ser libres. Cabe preguntarse, ¿por qué ha sido tan eficiente esa máquina trituradora? ¿Existe una debilidad intrínseca que permite al régimen moler a los líderes hasta volverlos detritos? Y más aún, ¿hasta qué punto la sociedad venezolana participa del aquelarre demoledor que termina descabezando la resistencia a la opresión? Nos aventuramos en algunas respuestas:… By Enzo Serrano Paéz. Texto Completo-> LaGranAldea
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