La política de Estados Unidos sobre Venezuela sufre de una especie de síndrome de Florida, en el sentido de que es ese estado sureño y su influyente comunidad hispana la que está marcando la línea dura de Washington con el país caribeño, una línea que el gobierno de Joe Biden no ha revertido tras el paso de Trump. Por Javier Otazu. Texto Completo -> SWI
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