Gold mining in particular faces increasing international scrutiny. In March 2019, the U.S. Treasury Department’s Office of Foreign Assets Control (OFAC) sanctioned Venezuela’s gold sector. The European Parliament called for a ban on the trade and circulation of Venezuelan
gold in July 2020.1 Meanwhile, armed groups continue to use violence to control Venezuela’s mines. The debate about Venezuela’s conflict gold must be drastically changed for a real impact to be made and
to stop the atrocities occurring in the country’s southern mining districts. Sanctions, trade bans, and rhetoric about ‘blood gold’ serve to fuel the black market in minerals and have increased revenues for criminal actors without changing anything on the ground. By Bram Ebus. Full Text -> Wilson Center
Traducción de cortesía -> La minería de oro en particular se enfrenta a un creciente escrutinio internacional. En marzo de 2019, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó al sector aurífero de Venezuela. El Parlamento Europeo pidió la prohibición del comercio y la circulación de oro venezolano en julio de 2020. Mientras tanto, los grupos armados continúan usando la violencia para controlar las minas de Venezuela. El debate sobre el oro del conflicto de Venezuela debe cambiar drásticamente para que tenga un impacto real y detenga las atrocidades que ocurren en los distritos mineros del sur del país. Las sanciones, las prohibiciones comerciales y la retórica sobre el “oro de sangre” sirven para alimentar el mercado negro de minerales y han aumentado los ingresos de los actores criminales sin cambiar nada sobre el terreno.
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