Las conclusiones son claras: las democracias del Caribe no han sido, no son y no serán amigas de la transición democrática en Venezuela. La política exterior de estos pequeños países responde únicamente a sus intereses de Estado y políticos, no a una diplomacia basada en el apego a los valores democráticos, normas de derechos humanos e instrumentos internacionales que buscan promover la democracia en la región y de los cuales dicen ser garantes, como la Carta Democrática Interamericana o su propia Carta de Sociedad Civil. Con las miras puestas en las elecciones presidenciales del 2024, Petrocaribe será clave para asegurar el silencio de Caricom a cualquier crítica que busque censurar y sancionar los ya habituales actuares dictatoriales de Maduro. Por Leonardo Di Bonaventura-Altuve. Texto Completo -> ElNacional
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