Is the Mexican wife of a Cuban official involved in the human-trafficking of tens of thousands of healthcare workers the best candidate in the Western Hemisphere to head the Washington-based Pan American Health Organization (PAHO)? Is a Brazilian whose fingerprints are all over the use of Cuban doctors as forced labor in his country any better? Both have been nominated for the job by their respective governments, which are lobbying hard for them. Both deserve to be disqualified. By Mary Anastasia O’Grady. Full Text -> WSJ
Traducción de cortesía -> ¿Es la esposa mexicana de un funcionario cubano involucrado en la trata de personas de decenas de miles de trabajadores de la salud la mejor candidata en el hemisferio occidental para dirigir la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con sede en Washington? ¿Es mejor un brasileño cuyas huellas dactilares están por todas partes sobre el uso de médicos cubanos como trabajadores forzados en su país? Ambos han sido nominados para el puesto por sus respectivos gobiernos, que están presionando mucho por ellos. Ambos merecen ser descalificados.
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