Con el inicio a la investigación formal de la Corte Penal Internacional se abre otro hueco en la línea de flotación del régimen, el cual este año ha tenido que ceder en lo electoral y aguantar las delaciones y denuncias de sus antiguos socios, incluyendo las de la expresidente Bachelett, desde el Consejo de Derechos humanos.
La visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional es otro indicativo de que las cosas no están bien para el régimen. Muestra que la presión internacional y el desgaste interno y, por que no, la acción de las fuerzas opositoras, aunque menguadas, están haciendo mella en las bases que sostienen este mamotreto del horror. Y para ponerlo en términos de derechos humanos (DD.HH.) no solo el horror de la violación de los derechos y libertades fundamentales, sino también de los derechos económicos, sociales y culturales. Es decir represión, hambre y mengua.
Debilidades
Las señales de debilidad son variadas, las peleas internas del chavismo por los espacios de poder locales y regionales que se presentan en las próximas elecciones; las luchas por el control del partido y de lo que queda del Estado entre Maduro y Cabello, que van sotto voce; las delaciones casi a diario de los capturados por la justicia gringa e incluso española, que asustan a más de uno; y por supuesto las pugnas por el menguado botín del tesoro nacional que echan chispas por varios lados.
Maduro, seguramente aconsejado por los cubanos, decidió acercarse a los límites de la legalidad para tratar de conseguir una legitimidad internacional, que le permita asirse de una botija más grande para repartir y bajar la presión interna -y externa pues tiene compromisos crematísticos con sus aliados-. Por esto ha decidido jugar a que está haciendo un esfuerzo para recuperar la democracia y el estado de derecho.
Los DD.HH.
Quizás orientado por lo que hizo con la Bachelett, de permitir una delegación del Consejo de DD.HH. que por más que denuncia las violaciones a esos derechos tiene que balancear su estadía con algunos puntos a favor de régimen. Además, las denuncias salen poco afuera de los círculos dedicados a esos temas y no son temas de actualidad en la prensa internacional. Quizás no ayuden mucho a darle legitimidad al régimen, pero el daño es manejable y como confirmación de eso tienen el caso cubano, que ha surfeado el tema por décadas.
Las elecciones
También se lanzó en una semiapertura de las condiciones electorales para unas elecciones que ganen o pierdan no cimbrará su agarre al poder y si le dará puntos para una imagen de democracia frente al mundo, en especial si la Unión Europea santifica las elecciones. Unas elecciones que Maduro sabe que ganará, no porque es mayoría, sino debido a que ha logrado atomizar a la oposición y fomentar la desesperanza en el electorado que lo rechaza. Es un gambito peligroso, pues si la oposición se uniera coparía la mayoría de los cargos locales y regionales en disputa.
Finalmente, aprobó la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan.
Crímenes de lesa humanidad
Ya sabemos que esa fiscalía había concluido que hay suficientes indicios de que se han cometido crímenes contra la humanidad en Venezuela, por parte del régimen de Maduro, y que debía tomar una decisión si pasar o no a una etapa posterior de investigación. Y finalmente así lo hizo, indicando que “ha concluido el examen preliminar de la situación en Venezuela y [se] ha determinado que procede abrir una investigación para establecer la verdad”, como se anunció en un memorándum de entendimiento que firmó con Maduro.
Contra la pared
Frente al avance de una investigación formal para determinar la perpetración de crímenes contra la humanidad ya decidida por esa fiscalía, Maduro tenía dos opciones o negarse a recibir al fiscal y a colaborar con él o tratar de complacerlo y bailar pegado —como se dice en Venezuela— para tratar de dilatar un desenlace en su contra. Y mientras tanto mostrar que no tiene nada que ocultar, como lo declaró. A su favor tiene el tiempo y las medidas dilatorias que pueden retrasar un procedimiento que de suyo es muy lento. Y aquí el ejemplo más cercano es el de Colombia.
Varios conejos
El régimen de Maduro está asando varios conejos al mismo tiempo y —como expresa el dicho— alguno se le puede quemar. Pero para eso debemos entender que es justamente en esas aperturas en las que hay que actuar para que se le quemen los conejos. De lo contrario, se consolidará una imagen de apenas un gobernante autoritario en una democracia imperfecta o incluso de dictador benigno, con el cual la comunidad internacional deberá entenderse y no con una oposición menguada en su poder.
Maduro está en la cuerda floja o bailando en un tusero, como decimos en Venezuela. Sin embargo está de nuestra parte terminar la faena y desatar toda la fuerza posible para hacerlo caer, aprovechando para dar la pelea en cada tablero, en cada coyuntura, en cada oportunidad que se presente para apurar la lucha por nuestro derecho a la democracia y a la libertad.
Courtesy translation -> With the start of the formal investigation of the International Criminal Court, another gap opens in the regime’s water line, which this year has had to give in on the electoral front and put up with the denunciations and complaints of its former partners, including those of the Former President Bachelett, from the Human Rights Council.
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